El mayor adversario nunca está fuera, siempre está dentro de nosotros mismos.
Nos saboteamos, no creemos en nosotros, nos decimos que no somos capaces de lograr esto o aquello. ¿Y sabes por qué? Porque existe una creencia limitante profundamente arraigada en nuestro inconsciente que nos dice que no nos lo merecemos.
Al igual que sacamos la basura de nuestras casas, también saquemos regularmente de nuestras mentes los pensamientos y las creencias que nos dañan y no nos permiten sanar y crecer.
Es necesaria una transformación interior para que surja la transformación exterior. Y a veces buscamos en las ramas lo que sólo se encuentra en las raíces.
” Al hombre le ocurre lo mismo que al árbol. Cuanto más quiere elevarse hacia la altura y hacia la luz, tanto más fuertemente tienden sus raíces hacia la tierra, hacia abajo, hacia lo oscuro, lo profundo, hacia el mal”. (Nietzsche)
” Utilizo a mis amigos como lámparas. Su luz me ayuda a ver que existen otros campos, otras colinas”. (Virginia Woolf)
El mundo está necesitado de luz. Está necesitado de personas maravillosas que sirvan de puente a otras para llevarlas a un mejor lugar.