Dos hermosas palabras que a menudo se tiende a separar. Se tiene la idea de que estar en pareja es perder nuestra libertad. En mi opinión sentirnos libres es algo que forma parte de nuestro ser, estemos o no en pareja. El amor y la libertad van de la mano. “Son dos alas de un mismo pájaro”.
Cuando arrancamos una flor, ésta muere, y por tanto deja de ser lo que amamos. Cuando queremos poseer a alguien no dejamos que esa persona sea ella. Ahí entra el apego emocional. Cuando llenamos un vacío emocional, nace la dependencia. Si ambos estamos completos, respetando la libertad del otro, nace el amor.
Que sea un: “contigo a mi lado disfruto más mi libertad”.
Tengo la creencia de que nada es casual. Y la mayor lección por encima de cualquier otra es el AMOR. No trates de imponer ni enseñar, si no le nace, no se lo pidas. Sólo ama, es el amor el que se encarga de enseñar por sí mismo.
Comprensión y compasión, sin juicios. Tiene derecho a sentir como siente. No aprenderemos nada en la vida si creemos que tenemos siempre la razón en todo. Permítete dudar de todo, hazte preguntas. Las preguntas son infinitamente más importantes que las respuestas. Recuerda cómo te has sentido cuando te has dado cuenta que te habías equivocado en algo. Dudar es tan importante…
Tampoco intentemos cambiar al otro. Además, somos tan hermosa y perfectamente diferentes que tratar de cambiarnos es intervenir en un divino diseño que no nos corresponde.
“Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”. (Simone de Beauvoir)
Te quiero a tí, porque haces más bonito mi mundo, porque aprietas con tu mano envolviéndome y aún así me siento libre. Y cuando me miras… llegas hasta mi corazón. Hasta el 101 ❤