¿Qué son las PAS?
Son PERSONAS con ALTA SENSIBILIDAD. En la actualidad, estadísticamente, es un rasgo que poseen una de cada cinco personas.
No se trata de una enfermedad ni trastorno. Ser PAS es un DON maravilloso, es un REGALO para nosotros mismos y para los que nos rodean. La empatía, las habilidades cognitivas y emocionales, el procesamiento profundo de la información, la creatividad, la intuición, etc, enriquecen nuestro entorno. Poseemos una conexión con el arte y la belleza más profunda.
De hecho, un inmenso número de artistas, escritores, filósofos, etc, son altamente sensibles. Algunos ejemplos son: Carl Gustav Jung, Víctor Frankl, Audrey Hepburn, Alanis Morissette…
Al mismo tiempo es de gran importancia responsabilizarnos y abandonar la posición pasiva y de resignación con respecto a nuestra alta sensibilidad. APRENDER a gestionarla y no sentirla como una carga o una debilidad, ya que de lo contrario puede llevar a la persona en muchos casos a no saber manejar la ansiedad, la depresión, la sobreestimulación, y demás consecuencias.
“Sufrir de manera innecesaria es masoquista más que heroico”. (Víctor Frankl)
Es vital conocernos, aprender a que nuestro rasgo funcione a nuestro favor y no al contrario, trabajar en nosotros mismos. No tiene sentido pedir a los demás que respeten nuestra sensibilidad cuando nosotros tampoco lo hacemos. Forma parte de amarnos a nosotros mismos.
El psicólogo Antonio Cano, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés dice:
“Ser una persona altamente sensible no tiene por qué ser una vulnerabilidad, tienen una percepción de mayor calidad y, en principio, cuánto más percibas mejor, pero han de saber cómo son porque no saberlo puede ser un factor de riesgo. Un ejemplo: por un exceso de empatía, pueden tener en mayor consideración las necesidades de los otros que las propias”.
Cuando nos encontramos con una situación similar a otra vivida en el pasado, nuestro cerebro compara los datos que nos llegan ahora con los datos almacenados en nuestra memoria en esa situación pasada. Y nuestra reacción presente irá en función del significado que le hayamos otorgado en el pasado a esos datos.
En el mundo artístico ocurre también que cuando un artista altamente sensible finaliza una obra se siente triste, deprimido y ansioso. Esto puede ocurrir porque mientras está creando está conectando con su propia sensibilidad y transformándola en música, escritos, cine, pintura, escultura, etc, pero cuando tienen que exponerlo y promocionarlo, la sobreestimulación puede llegar a abrumarles, surgiendo la tristeza y ansiedad. Por supuesto, no hay que ser un artista famoso para sentir todo esto. Cualquier creación o trabajo que desarrollamos las personas con alta sensibilidad corremos el riesgo de pasar por la misma situación.
Existen una gran cantidad de herramientas para aprender a manejar este complejo y a la vez precioso rasgo. Lo que nos llevará a vivir con más tranquilidad y alegría, mejorará nuestra calidad de vida notablemente.
“Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón. Porque quien mira hacia fuera sueña y quien mira hacia adentro… despierta”. (Carl Gustav Jung)