La mayoría de nuestros miedos son generados a nivel mental, no representan un peligro para nuestra supervivencia. Sin embargo, los vivimos como si fueran absolutamente reales.
La posibilidad anida en nuestra mente. Es posible si creemos que es posible. Nunca es tarde, estamos a tiempo aquí y ahora. Si te detienes pensando en el tiempo perdido, lo estás perdiendo de nuevo.
Comenzamos a ser libres cuando nos damos cuenta que la prisión estaba hecha de pensamientos.
¡¡¡Vivamos!!! Un día nos vamos a morir, pero el resto de días no. La rutina, las costumbres, la zona de confort…nos mantienen dentro de la prisión, aunque las puertas estén abiertas. Y es que no hay peor prisión que una mente cerrada.
Einstein decía: » La mente es igual que un paracaídas, sólo funciona si se abre».
La disciplina comienza con el dominio de los pensamientos porque si no controlas lo que piensas no podrás controlar lo que haces.
Joseph Campbell hablaba del camino del héroe y nos dijo cosas así:
«Debemos estar dispuestos a renunciar a la vida que habíamos planeado, para poder vivir la vida que nos espera».
«Busca en tu interior un lugar donde haya alegría, y esa alegría borrará el dolor».
«Un héroe es alguien que ha dado su vida a algo más grande que uno mismo».