El AMOR nunca pasa de moda. El Principito tampoco. Como tantas otras, se trata de una obra atemporal de gran riqueza filosófica y escrita desde la dulzura y la sencillez. Rebosa inocencia.
Nos habla del amor, de la amistad, de la riqueza, de la libertad, de la lealtad, de la confianza, de la tolerancia, de la compasión…nos invita a un viaje para reencontrarnos con ese niño inocente que todos llevamos dentro y vamos olvidando según cumplimos años…
» – Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar…
– Ya entendí – dijo la rosa –
– No lo entiendas, vívelo – dijo el Principito -«.
» No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo».
» Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó».
» Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan)».
» Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos».
» – Las estrellas son bellas, por una flor que no se ve…
Respondí «por supuesto» y, sin hablar, miré los pliegues de la arena bajo la luna.
– El desierto es bello – agregó -.
– Es verdad. Siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano de arena. No se ve nada. No se oye nada. Y sin embargo, algo resplandece en el silencio…
– Lo que embellece al desierto – dijo el Principito – es que esconde un pozo en cualquier parte…»