Amar al prójimo…¿qué significa realmente?
Oímos a menudo frases del tipo “yo amo al Universo” o “yo amo a toda la humanidad”. Pero, ¿qué significa eso? ¿De verdad podemos amar a personas o cosas que no conocemos ni hemos visto nunca? Creo que son preguntas para nuestra propia reflexión…
Para mí el prójimo es cualquier persona que me rodea, desde las personas con las que convivimos, hasta nuestros compañeros de trabajo, amigos, vecinos, etc. Y a menudo, no es tarea fácil, porque precisamente por la cercanía con ellos, podemos observar no sólo lo que nos gusta, sino también lo que nos desagrada. Y ahí es cuando entra el amor realmente. Cuando podemos amar al vecino aunque su comportamiento no nos guste. Amar a tu compañero de trabajo a pesar de que te haya dado una mala contestación. No se trata de justificar comportamientos ajenos, tolerar un maltrato o aguantar determinadas situaciones, sino aprender a perdonar, ser capaces de empatizar y sembrar a nuestro alrededor amor en vez de rencor.
Un ejemplo sencillo: Te cruzas con un vecino y tienes dos opciones: puedes disimular, mirar a otro lado, fingir que no lo has visto y pasar de largo deseando que el momento incómodo finalice lo antes posible…… o……. puedes mirarle a los ojos, sonreír, saludarle, incluso ofrecerle tu ayuda si va cargado con las bolsas de la compra… ¿Has podido observar alguna vez cómo te sientes y cómo haces sentir al otro dependiendo de tu comportamiento?
Es curioso como con pequeños gestos podemos cambiar el pequeño mundo que nos rodea. Y lo maravillosamente fácil que resultaría que estos gestos se contagiasen de unos a otros…
“La gente amable vive en un mundo amable. La gente hostil vive en un mundo hostil. El mismo mundo”. (Wayne Dyer)
Depende de cada uno de nosotros crear uno de esos dos mundos. Y eso se hace, no esperando que cambien los demás, sino cambiando nosotros. Es el mayor ejemplo para mover al cambio.
¿Y si empezamos a pensar un poco más allá? Tenemos la mente llena de conceptos, viejas creencias en las que no nos molestamos en profundizar. Por ejemplo, todos hemos escuchado alguna vez esa frase que dice “el amor duele”, y como ciertamente hemos sufrido mientras amábamos a alguien… ¡ahí lo tienes! Y vivimos con miedo, desconfianza y emitimos esas vibraciones y contagiamos a más y más personas… Cuando en realidad es imposible que el amor duela. Lo que duelen son cosas como la indiferencia, el rechazo, la deslealtad, la pérdida, el egoísmo, etc. El amor es lo más curativo, lo más necesario, lo más importante. El amor es imposible que duela. El amor es lo que más necesitamos todos. Es lo que más necesita el mundo, nuestro mundo.